Música

sábado, 25 de julio de 2015

¡Alterneishon!: Oculto. //PastelXElote\\

¡Alterneishon!: Oculto.







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Hola, me tarde casi un mes escribiendo esto lo sé, pero ustedes saben ya las razones.

También mencionar que este cap. Es prácticamente lo mismo que paso en el cap. 
“Alternaishon” solo que esta es la versión de lo que paso con Kate y Elliot mientras tanto.

También agradecer a Darky porque sin ella no hubiese podido avanzar nada y le agradezco infinitamente eso:’v

Este cap va dedicado a mi preciosa zposah Cake <3 por su besho cumpleaños uwu
No creo que haya nada más, así que sin más, disfruten carajo <3

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~EN UN MOBIUS PARALELO AL NUESTRO…~


El felino castaño de ojos ambarinos se encontraba recostado en una cómoda posición en uno de los sofás de la sala principal perteneciente a la mansión donde vivían sus más que amigos, su familia los Soqueter@s. Se encontraba buscando algo entretenido en la televisión, mientras sus amigos y amiga hacían el típico desvergue de todos los días, Tsuki y Sonatik competían como siempre en videojuegos, para probar cuál de los dos era el mejor. Dark se encontraba en otro de los sofás de al lado llenando su boca de mucho chocolate sin prestar atención a lo que pasaba a su alrededor, Shyz solo flojeaba en un sillón burbuja viendo el juego de sus amigos mientras tomaba vodka, Mark y Diana se encontraban en la cocina, Diana horneando pastelillos y Mark ayudándole y pues Alex, o como ellos le llaman “Papa Cake” se había desaparecido como comúnmente lo hacía.

Esa noche habría una maratón de películas de terror que terminaría hasta el amanecer, y ellos obviamente no iban a desperdiciar una oportunidad para pasar un buen momento. Se estaba aburriendo de mantenerse sin hacer nada, por lo que se puso de pie, estiro su cuerpo y se dirigió a sus amigos.

—Chicos saldré a caminar un rato y de paso comprare bocadillos para esta noche —Dijo dirigiéndose hacia la salida de la mansión, el resto solo asintió y siguió cada quien con lo suyo.

Camino un buen rato tranquilamente de forma relajada, la zona donde vivían era muy segura por lo que no le preocupaba alejarse un poco de la mansión. Pasó por una pequeña tienda y se compró un par de bocadillos para después adentrarse al bosque y recostarse tranquilamente bajo la sombra de un frondoso árbol frente a un rio. Escuchar el suave sonido de la corriente de agua, las aves cantando al fondo frente a la naturaleza sin nada molestando, era lo que más le gustaba.

A los minutos después de haber disfrutado de los bocadillos, comenzó a dejarse llevar por tal tranquilidad y sus ojos comenzaban a cerrarse lentamente para una pequeña siesta, hubiese sido una tarde muy tranquila y relajante…claro, hubiese sido, de no ser por un enorme portal que apareció frente a sus ojos obligándolo a despertar al sentir la sensación de que era atraído hacia él, se asustó pero no dudo en aferrarse al tronco del árbol en el que estaba recostado, se aferró con todas sus fuerzas posibles, pero el portal comenzaba a hacerse más grande por lo que lo jalaba hacia el con aun más fuerza, se aferraba con la poca fuerza que le quedaba, no podía usar su telequinesis en ese momento y solo pudo gritar un par de veces “Auxilio”. No pudo sostenerse más, y el portal lo succiono.

~EN EL MOBIUS ACTUAL~


El portal se abrió nuevamente lanzándolo con fuerza lo que hizo que se estrellara fuertemente contra la pared, donde por desgracia había un pequeño gancho que le rasguño su cabeza. Cayo sin fuerzas al suelo, se sentía mareado, abrió sus ojos y el lugar no se le hacía muy desconocido, escuchaba muchos gritos, para ser exactos, femeninos, y ruidos de golpes y cosas destruyéndose. A los minutos los gritos secaron hasta escucharse un “¡ELY!”.

— ¿En dónde estoy? —Murmuro sobándose la cabeza adolorido. Sintió como muchas miradas se posaron sobre él, eran todas chicas, al verlo ninguna dudo en acercarse a él, pero no con intenciones de ayudarlo por lo que se veía. Todas se colocaron a su alrededor y comenzaron a interrogarlo sin tan siquiera tomarse la molestia de preguntar sobre su estado que por lo que se veía, no estaba muy bien.

— ¿Quién eres?

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Dónde está Ely?

— ¿Qué hiciste con ella?

Era todo lo que escuchaba a su alrededor.

— ¿Quién? ¿D-Dónde estoy? —Pregunto desconcertado esperando que le respondieran pero eso no hizo nada más que las preguntas aumentaran y todas comenzaran a interrogarlo a modo de gritos haciendo que este se aferrara a la puerta tras el fuertemente.

— ¡Regrésanos a nuestra Ely!

— ¡¿Quién carajos es Ely?!

Aferró sus manos a la puerta como si su vida dependiera de ello, y ante aquella escena parecía que sí. Los gritos iracundos de esas bestias eran mucho más reclamantes ante algo de lo que él no tenía idea. Tenía miedo, tenía miedo de verdad. No tenía idea de donde estaba y mucho menos quienes eran ellas, ni quien era esa tal "Ely", lo único que le quedaba claro es que todas esas jóvenes eran parecidas a sus amigos, nada más tenía claro.

— ¡No me hagan daño! ¡Ya les he dicho que no sé nada de esa tal Ely! —y ahora se estaba aferrando contra el suelo, ya que ellas lo habían tumbado al suelo de un tirón.

— ¡Ya basta! —vio como una eriza azulada lo soltó ordenando que el resto lo haga, o lo cual todas obedecieron. —Quizás en verdad él no sepa nada.

— ¿Cómo puedes estar segura de ello? — Una especie de murciélaga pistache lo mantenía aun en el suelo con una enorme hacha a centímetros de su cuello, lo que lo hacía sudar frio.

—Sólo pensemos en lo que sucedió. La máquina se equivocó de persona y fue Ely su víctima. Además, este erizo es castaño y tiene los ojos ámbares, muy parecidos a nuestra querida amiga. Seguramente es el GB de Ely. —Todas voltearon a verlo e inspeccionar su apariencia de pies a cabeza.

— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó dulcemente una de ellas acercándosele, lo cual era un tanto desconcertante, le miró a los ojos, y su temor se disipo rápidamente.

Tragó saliva pesadamente y se incorporó al notar que no le harían daño, y que ahora le miraban con comprensión, pena y con una disculpa mal formulada en sus rostros. Se pasó una mano por sus púas, comprobando que ese dolor punzante que había sentido hacía unos minutos era una herida, quizás minúscula.

—Me llamo Elliot O’Brian... —siguió mirando su mano con atención, analizando el líquido carmín aún fresco.

—Sentimos tanto lo que te hicimos. —se disculpó la pequeña eriza castaña con una sonrisa cargada de vergüenza.

—Simplemente, creímos que tú le habías hecho algo a nuestra amiga, y eso nos prendió. —explicó la felina de pelaje color crema y cabellos castaños.
Elliot asintió. Su cabeza dolía un poco, quizás por la herida, quizás por otra cosa...

— ¿Tienen medicamento? Creo que... —tropezó con sus propios pies y cayó al suelo de bruces. —Auch...

—Oye, ¿te encuentras bien? —preguntó la murcielaga, ayudándole a incorporarse.
Elliot se apoyó en la pistache y se tomó la cabeza. Algo no andaba bien y lo presentía desde que había llegado ahí. Buscó a la eriza albina con la mirada, y la encontró a un lado de la felina crema, tan preocupada como las demás.

—Papá Cake... necesito que me ayudes. —dijo en un suave murmullo.

Esta le miró confundida. — ¿Papá Cake? —después de unos segundos de analizarlo... una sonrisa burlesca se pintó en sus labios. — ¿A mi GB le dicen "Papá Cake"? Me pregunto... que clase de cosas ha hecho para que le digan así...

El castaño soltó una carcajada, y se hubiese prolongado de no ser por el dolor punzante en su cabeza, cada vez más creciente. Cake dejó de sonreír al ver el estado del chico, lo tomó por la espalda y lo ayudo a recostarse en el sofá, en ese momento también se percató de la herida que tenía en la cabeza. Todas vieron la herida.

Vio como la chica pistache llego rápidamente con un botiquín para luego regresar donde la mayor daba sus órdenes para reconstruir la maquina nuevamente. La eriza de cabellera azabache miró por donde la pistache se había ido, sin comprender, puesto que en su vida había curado alguna lesión, miró de reojo a sus amigas, pero todas ellas estaban ocupadas revisando la máquina, que hacia minutos había vuelto encender y estaba operando como loca, arrojando datos incomprensibles. Maldijo para sus adentros por no estar con ellas y tener que hacer algo de lo que no tenía ni idea.

— ¿Pasa algo? —Le pregunto el castaño sin dejar de presionar su herida para que la sangre dejara de fluir de esta.

—No nada…solo que no tengo tanta experiencia en esto de cuidar heridas y tratarlas, y veo que todas están ocupadas y soy la única que puede ayudarte… —Resoplo de mala gana ante la situación.

—Puedo ir diciéndote que hacer, ya que en mi estado no puedo hacerlo solo, ¿Me ayudarías?

—Claro, normalmente Ely es quien ayuda más en este tipo de situaciones…  —Dijo mientras comenzaba a hacer lo que el castaño le indicaba.

—Lo sé, lo se…—Dijo bajando la mirada sin que la peli negra se diera cuenta.
Darky se acercó a la herida del chico y la analizó. —Quizás pueda ayudar con la inflamación en lo que consiguen hielo, Mary ¿Podrías traer un poco por favor?
Mary asintió y salió de la habitación para ir por el hielo. La lobita sólo colocó su mano en la cabeza del chico y este se estremeció al tacto.

— ¡Está frío! —se quejó. La chica sonrió con burla y presionó más su mano. — ¡Oye!

— ¡Darky! —le reprendió Cake.

— ¡Oh, vamos! Al menos se te está bajando el dolor. —se cruzó de brazos e hizo un puchero, tal cual niña pequeña, y de cierto modo, lo era.
Mary llegó y le colocó una compresa de hielo con suavidad en la cabeza al chico, el cual le sonrió agradecido.

El castaño rodó los ojos y luego desvió la mirada hacia la ventana. —Ustedes me recuerdan mucho a ellos, desgraciadamente. Tú me recuerdas a Darks y tú a Papá Cake… —les miro. — Mary, como le dicen, me recuerda mucho a Mark. —soltó un suspiro nostálgico, casi inaudible. —Me pregunto si mis amigos estarán bien… espero que no estén preocupados.

—Vamos a regresarte, tenlo por seguro. —dijo con firmeza Cake, mirándole a los ojos.

—No creo que eso sea posible pronto. —afirmó Sony junto a Yue y Shizu, acercándoseles. —En verdad que la máquina está totalmente destruida, tendremos que comenzar desde cero.

Elliot se sentó en el sofá. —Es por eso que las necesito. Necesito que me expliquen detalladamente qué fue lo que pasó… sí saben por qué yo estoy aquí y su amiga en, posiblemente, mi dimensión. —les miró con seriedad. Todas se le acercaron y comenzaron a explicarle una por una todo lo que había pasado últimamente en su dimensión, Elliot escuchaba atentamente cada palabra.

—Ya veo…

Las puertas se abrieron de par en par, dando paso a un Dash totalmente pálido, con una expresión de desesperación y temor absolutos.

—Chicas, tienen que ver esto.— Y la mansión se desalojó en minutos. Todos, al estar al aire libre, apreciaron el comienzo de su mundo haciéndose trizas. El comienzo del deceso de su dimensión.

—Por Chaos… —Susurro el castaño, en ese momento, sus ojos se abrieron a más no poder y un brillo ambarino aún más fuerte se hizo presente en sus ojos, una visión.
Caos, gente corriendo por sus vidas tratando de proteger a los suyos. El universo estaba disparejo y todo se destruía rápidamente. Muertes por todos lados, era demasiado tarde.

—No hay tiempo que perder, vamos, tenemos que crear el portal lo más pronto posible —Hablo Sony mientras todas la seguían a paso rápido, Elliot no se movió de su lugar, se quedó de pie con la mirada hacia la nada.

Luego de varios minutos, la eriza albina de cabellos azabache salió para encontrarlo aun en el mismo lugar.

—Oye, ¿Qué haces aquí afuera? No es seguro que te quedes aquí.

—Se cuidarme solo —Mascullo saliendo de su pequeño trance —Lamento quedarme aquí, tuve una visión y no fue muy bonita. Solo me quede pensando.

— ¿Una visión? ¿Sobre qué?

—Sobre lo que pasaría si el portal no es construido a tiempo…esto que vemos aquí no será así durante todo este tiempo que este en esta dimensión, en un buen rato este universo seguirá viéndose como siempre. Esto solo es una pequeña señal de lo que pasara si me quedo aquí aún más tiempo.

—El portal estará listo a tiempo tenlo por seguro. —Sonrió confiada de sus palabras.

—No lo dudo Papa Cake… —Sonrió para sí mismo y comenzó a caminar.

—Papa Cake…oye, la mansión esta por acá —Dijo la eriza señalando con la mirada hacia atrás.

—Caminare un poco, sé que estando dentro no hare mucho ayudando en la máquina, y no me gusta estar sin hacer nada, prefiero caminar. —Decía mientras se alejaba a paso lento y relajado —Además, mira, el universo se está calmando un poco, estaré bien.

— ¡P-Pero no puedes irte! ¿Y si te perdemos de vista o algo?

— ¿Quieres acompañarme?

—Creo que las chicas me necesitaran para la máquina. —Dijo con seriedad, el castaño volteo a verla y se encogió de hombros con una sonrisa de lado.

—Volveré no te preocupes. —Dijo mientras seguía su camino, Cake lo miraba con inseguridad, sentía que si lo dejaba solo algo podría ocurrirle y eso pondría peores las cosas para la situación, miro hacia la mansión tratando de decidir qué hacer, la verdad, ella cuidaba mucho de sus amigas, y ese chico técnicamente era uno de ellos. En una pelea mental entre decidir qué hacer, decidió ir tras el chico para vigilar que no le pasara algo. Corrió tras él hasta alcanzarlo. —Oh, veo que quisiste acompañarme.

—No quiero más problemas y tengo la sensación de que algo pasara si te dejo solo.

—Que linda—Sonrió el castaño viéndole. —Es tan…extraño, eres idéntica a Papi Cake solo que con un cuerpo femenino y con la diferencia de que tú eres mucho más expresiva.

—Ahora que lo mencionas, tengo una pregunta acerca de mi GB —Dijo mientras caminaba al lado del chico —¿Por qué le dicen Papi Cake?

—Oh, pues veras. Hubo un tiempo en el que la policía llego a inspeccionar nuestra mansión y la manera en la que vivimos, las cosas se pusieron bastante complicadas y estuvieron a punto de llevarnos a mí, Darks, Diana y Mark por ser menores de edad. Y Shyz, Sonatik y Tsuki estaban en serios problemas al respecto…pero de repente apareció Alex…

— ¿Alex? —Pregunto la eriza.

—Así se llama el, como decía, apareció Alex…

~FLASHBACK~


— ¡Suéltennos! —Forcejeaba Shyz contra el oficial que lo mantenía esposado con sus brazos tras su espalda al igual que Sonatik y Tsuki.

— ¡Esto es una equivocación, ni siquiera nos han dejado hablar bien! —Gritaba Sonatik furioso viendo con preocupación a Elliot, Darks, Diana y Mark quienes eran llevados hacia una patrulla.

— ¡Alto! — Se escuchó una voz masculina en la entrada, todos voltearon a ver y encontraron a Alex parado en la puerta con unos papeles en sus manos y un abogado tras de él. Usaba su típico traje formal de siempre y su mirada era seria y firme —Oficiales, mi nombre es Alexander Lakebridge y este es mi abogado, me consta que en esta residencia teníamos a cuatro menores de edad y según la demanda no hay supervisión de ningún adulto responsable, déjeme mostrarle que yo mantengo todos los derechos lo suficientemente necesarios para albergar a los menores, encargarme de la mansión y sustentar cada necesidad que se muestre ante la situación. Yo mantengo los papeles de la casa y el permiso legal para mantener menores de edad.—Hablo con firmeza en su voz.

Esa misma tarde, en la corte en la que estuvimos todos presentes, el asunto quedo en que teníamos el permiso de vivir con ellos y mantenernos juntos siempre y cuando estemos bajo la supervisión de Alex.

—Alex nos ha salvado en serio… —Decía Mark con lágrimas en los ojos al igual que la mayoría mientras se mantenían todos en un abrazo grupal.

—Yo siempre estaré para cuidar de mi familia… —Murmuro con sus ojos cerrados mientras lo abrazaban.

~FIN DEL FLASHBACK~


—Wow… —Susurro la eriza tras escuchar lo sucedido

—Él es como nuestro padre en nuestra mansión, como solemos llamarle Cake, pues de allí salió el Papa Cake —Reía el castaño, Cake sonreía ante esa idea, a los minutos ya se estaban acercando a zonas más pobladas en donde yacían varias tiendas y restaurantes. — ¿Quieres que comamos en algún lugar? No creo que las chicas se molesten.

—No sé si sea buena idea…sigo pensando que puede que me necesiten en la reconstrucción de la maquina…

— ¿Por qué no les envías un mensaje o algo? Para asegurarles que estás conmigo y no ha pasado nada.

—Está bien… —Decía sacando su teléfono y enviándole un mensaje a su amiga Sony donde decía estar acompañando a Elliot. A los segundos se escuchó el sonido de la notificación de otro mensaje. —Dice que me llamaran en cuanto necesiten que les ayude en algo…

— ¿Ves? No te preocupes mujer, relájate—Decía mientras caminaba, dio unos pasos pero se dio cuenta que la eriza no lo seguía, regreso y la tomo de la mano, obligándola a que la siguiera.

— ¡Oye! —Replico mientras este la llevaba hacia adelante.

—No seas tan insegura, solo sígueme. —Decía el erizo de manera relajada, Cake no se resistió, tal vez en verdad necesitaba distraerse con algo. Caminaron hacia un pequeño café donde compraron un par de capuchinos para ambos—Gracias por acompañarme —Sonreía el castaño.

—Seh no importa, creo que también sentía el deseo de salir un rato, amo estar en la mansión con las chicas, pero también es bueno salir de vez en cuando.

— Solo, procura no estresarte mucho ni nada por el estilo, los chicos y yo siempre hacemos estupideces pero no pasamos solo encerrados, no es sano, deberían ir a hacer sus desmadres también fuera de la casa —Reía mientras lo decía, ante esto Cake no evito reír con él. Pasaron la tarde caminando y tonteando por ahí solo porque si, el punto era solo pasar un buen rato, con el tiempo, Cake fue viéndolo con más confianza y podía abrirse un poco más con él. Ambos se contaban sobre todos los tipos de fiestas y locuras que hacían en sus respectivas dimensiones.

— ¡Jaja Dios no puedo creerlo! —El castaño hacia lo posible por no soltar una carcajada frente a la eriza quien le contaba sobre los centenares de desmadres que hacían sus amigas y amigo ya sea en la mansión o en lugares públicos, y por donde con gran suerte salían limpios de todo.

—Si tan solo vieras de lo que son capaces por un poco de vodka y chocolate —Reía la albina recordando todos esos momentos.

—Si te creo, lo he visto, se cómo Shyz, Darks y Mark trabajan juntos para conseguir toneladas de chocolate y mucho de ese vodka, aunque, yo voy más por los vinos finos —Hablaba relajado mientras miraban el atardecer al lado de la eriza, habían estado caminando toda la tarde y se detuvieron en el mismo bosque en el que se encontraba Elliot en su dimensión cuando todo aquello había pasado.

—Sí, igual a Ely —Rio Cake, vio como el erizo se sentaba bajo la sombra de un frondoso árbol y la invitaba a sentarse a su lado, a lo cual ella lo hizo, ambos siguieron conversando hasta que la noche comenzaba a hacerse presente. — ¿No crees que está haciéndose un poco tarde?

—Nah no te preocupes, quedémonos un rato más, estamos pasándola muy bien, ¿No? Vámonos en un rato más —Dijo agrandando sus ojos y dándole una mirada rogando a que accediera, Cake rio ante esto, Ely y Mary ya se la habían hecho demasiadas veces y sabía que era inútil resistirse ante esto.

—Está bien está bien, solo no hagas eso que es raro cuando te veo como un chico y no como acostumbro a ver a Ely —Dijo riendo burlonamente, este dejo de hacerlo y la abrazo por los hombros riendo a su lado.

—Ambos sabemos que simplemente no podías resistirte ante mi cautivante mirada —Decía halagándose a sí mismo, Cake rodo los ojos divertida y le dio un pequeño golpe en el brazo en son de broma. De lo que parecían minutos, fueron haciéndose horas rápidamente, más estos no se percataban de ello. El erizo, recostado en el árbol con sus manos tras su nuca, dio una pequeña risa recordando la actitud de la albina, esta al escucharle reír le vio de reojo y pregunto.

—¿De qué te ríes?

—Es que… —Decía tratando de serenarse—Te pareces mucho a uno de mis amigos, por obvias razones pero…no sé, no eres tan seria ni indiferente como el, es…lindo.

— ¿Qué tiene de lindo? —Pregunto arqueando una ceja.

—Que no acostumbro verlo sonreír mucho, pero tu si, y te vez tan linda cuando lo haces… — Dijo acariciando la comisura de sus labios con una suave sonrisa, tal acto hizo que la albina se sonrojara ligeramente, no era muy común que alguien le hable así, hace mucho que no sentía ese tipo de sensaciones, trato de ignorar eso y rodo sus ojos con una sonrisa.

—Si claro… —Decía recostándose nuevamente fingiendo no interés en su comentario.
Ya era tarde y no había ningún sonido más que el de la naturaleza, la albina fue cerrando sus ojos poco a poco hasta que, sin darse cuenta, se quedó dormida. Elliot le miro detalladamente, se veía muy tranquila y pacífica, recordó cuando todas estaban sobre el golpeándolo incluyéndola a ella, rio ante eso y la comparo a como se veía.

—Tan tranquila… —Le aparto el cabello y le acaricio su rostro con suavidad —Es linda —Susurro para cerrar sus ojos lentamente y quedarse dormido al lado de ella.

…                  

Los rayos del sol comenzaban a asomarse entre las hojas del frondoso árbol que les daba sombra a ambos erizos que se encontraban aun dormidos y... ¿Abrazados? Cake se encontraba abrazando el torso del erizo usándolo como a una almohada, mientras este le abrazaba por los hombros. La eriza fue abriendo lentamente sus ojos mientras abrazaba más fuerte su “almohada” haciendo que Elliot al sentirlo, se moviera quejándose un poco al no querer despertar, aun abrazándola, cambio su posición poniéndose boca arriba, haciendo que ella quedara justamente sobre él, provocando que ella abriera sus ojos de par en par al verse en esa situación. Al sentir un peso encima, abrió sus ojos lentamente, encontrándose con los brillantes zafiros de la eriza que lo veían fijamente,se sorprendió al darse cuenta lo juntos que estaban, quedo en un estado de shock al apreciar tan de cerca tan hermosos ojos, al igual que este, Cake quedo hipnotizada ante tan radiantes esmeraldas ambarinas.

—Que bella… —Susurro de manera casi inconsciente el erizo, Cake se sonrojo levemente, de manera casi notoria ante tales palabras, Elliot, sin soltarla en ningún momento, levanto su cabeza acercándose lentamente hacia el rostro de la albina, dejándose llevar por el momento, le seguía acercándose lentamente hacia él, llegaron al punto de rosar sus labios con suavidad, al sentir eso Cake abrió sus ojos de inmediato y separo sus rostros rápidamente. — ¿Eh…?—Menciono el felino desconcertado.

— ¿Qué intentabas? —Menciono en tono seco la albina viéndole con seriedad.

—Y-Yo… —Murmuro el castaño poniendo su mano sobre su frente, la verdad, se estaba dejando llevar por el momento. Cake arqueo una ceja mientras se cruzaba de brazos sin dejar de verle con seriedad, al no recibir una respuesta inmediata por parte del felino, se puso de pie y comenzó a caminar. — ¿A dónde vas?

—A la mansión, ¿A dónde más? —Dijo sin tan siquiera voltearse a verlo.

— ¡E-Espera! —Grito poniéndose de pie y corriendo tras ella. —Lamento en serio si te molesto…no sé qué paso, creo que solo me estaba dejando llevar…—Dijo viendo hacia abajo y rascándose el cuello con cierta ansiedad.

—Ya no importa, olvídalo. —Dijo sacando su teléfono celular, Elliot no se encontraba conforme con esa respuesta, iba a decir algo hasta que Cake dio un pequeño grito de susto.

— ¿Qué paso?

—Tengo como 84 mensajes de texto de todas las chicas y Dash, y al menos unas 45 llamadas perdidas…

—Ouh…—Susurro el erizo.

—Debemos llegar lo más pronto posible —Dijo mientras comenzaba a correr lo más rápido que podía, Elliot corrió hasta alcanzarla.

—Tengo una idea mejor… —Dijo mientras un aura ambarina comenzaba a rodear su cuerpo, sin pensarlo dos veces, la tomo en sus brazos abrazándola fuertemente. —Sujétate —menciono viendo hacia el frente, Cake lo abrazo por su cuello sujetándose fuertemente, Elliot se elevó muy muy alto y con ayuda de su telequinesis, comenzó a volar rápidamente hacia la mansión, Cake lo abrazaba apretando sus ojos debido a la fuerza del viento que daba contra su rostro debido a la velocidad.

Elliot esquivaba varios “obstáculos” que se encontraba en el camino, lo hacía velozmente y su mirada estaba concentrada únicamente en el camino, no se percató que nuevamente, el mundo comenzaba a desmoronarse con lentitud, pues debido a las fallas en el espacio-tiempo, se formó un terremoto que no duro mucho tiempo, pero fue tan potente que en varias calles, aceras o cualquier suelo se abrieron varias grietas y muchas cosas comenzaban a caerse, como iban volando no sentían el movimiento del suelo, pero al pasar por la zona poblada, la eriza noto todo a su alrededor.

¡Elliot cuidado! —Grito Cake señalando un enorme anuncio sobre un edificio que amenazaba con caer en cualquier momento. Elliot cambio su dirección y ahora volaba hacia el cartel para evitar que caiga sobre la gente que corría justo bajo de este, sin soltar aun a la eriza, iba lo más rápido posible hacia el techo hasta que este dejo de tambalearse y comenzó a caer justo sobre donde se encontraban los erizos, Cake veía como se dirigía hacia ellos y estaba preparada para tomarlo si hacía falta con ayuda de su súper fuerza, pero su plan fallo cuando sintió como el erizo la lanzaba justo por uno de los balcones del edificio. Cayo sobre las plantas que estaban en el balcón y sin importarle más se puso de pie y se asomó a ver qué pasaba. Diviso al erizo quien se dirigía velozmente hacia el cartel para detenerse a escasos metros de este, alzo sus brazos, cerro sus ojos y concentrado al 100, fácilmente sostuvo el cartel rodeándolo con su misma aura ambarina, elevándolo con fuerza nuevamente hacia su lugar, la gente aplaudía ante esto ya que el enorme cartel caería justo sobre la calle, autos, o personas desapercibidas con mala suerte…lo puso en su lugar y lo aseguro para que en caso de otro terremoto o algo similar, no llegue a pasar lo mismo y con la mala suerte de no poder estar para ayudar.Al terminar, se dirigió ante el balcón donde había dejado a la eriza, esta lo miraba con una pequeña sonrisa de lado y sus ojos entre abiertos.

—Bien hecho. —Dijo con una sonrisa orgullosa. —Debo admitir que salió muy bien, iba a hacer algo hasta que fui lanzada hacia un balcón.

—Si lamento eso…pero situaciones desesperadas ameritan medidas desesperadas —Dijo de forma relajada tomándola nuevamente en sus brazos sin decir nada, haciendo que esta se sorprenda un poco —vámonos —Susurro para ir camino a la mansión junto a la eriza.

A los pocos minutos, la albina y el felino castaño ya se encontraban frente a la mansión, Elliot iba a dar un paso para entrar pero Cake lo detuvo.

—Espera…estoy segura que están esperándome —Menciono con seriedad en su voz. El castaño la vio y se relajó.

—Descuida preciosa, no tuviste la culpa de nada, si algo pasa yo me encargare. —Menciono seguro de sus palabras.

~Minutos más tarde~


La misma situación de antes, ¿Quién lo diría? El felino se encontraba nuevamente en la incómoda y horrible posición de ser interrogado por todas esas “bestias”, solo que ahora la albina estaba a su lado.

—Te llamamos y llamamos todas las veces que pudimos

—No podíamos dormir.

— ¿Por qué no dejaste tan siquiera un mensaje?

Todas le interrogaban a su alrededor, Elliot rascaba su nuca con ansiedad mientras Cake acariciaba uno de sus brazos entendiendo a sus amigas.

—Está bien, está bien…lo siento —Murmuro—Lamento no haber dejado un mensaje o algo pero…

—Fue mi culpa —Dijo el castaño con seriedad 

Yo le insiste que me acompañara y le dije que nos quedáramos un momento más, pero la hora se nos pasó y nos dormimos, lo lamento.

Todas se vieron entre si cruzadas de brazos, Sony se adelantó y suspiro.

—Bueno…lo importante aquí es que están bien, siempre y cuando no hayan hecho una estupidez, todo bien.

—Claro, y lo siento Sony, no volveré a irme sin avisar. —Menciono la albina acariciando su brazo.

—Lo que importa es que están bien los dos, no pasa nada. —Dice con seguridad, la albina asintió con una pequeña sonrisa.

—Y… ¿Cómo van las cosas por acá? —Pregunta la albina acercándose a la máquina que apenas empieza a tomar forma.

—Pues la verdad, con tus datos y planos de la maquina anterior, vamos avanzando y corrigiendo cada mínimodetalle para evitarnos que algo como la vez anterior vuelva a suceder. —Dijo la lobita albina parándose a su lado. Cake la vio y asintió acercándose a los planos de la máquina y a esta misma para asegurarse de que todo vaya bien.

Elliot solo los veía a todos trabajando, inspeccionaba a cada chica con detalle, riendo en su interior por cómo se veían todos en su versión GB, pero a pesar de verlas a todas, en quien más se fijaba era en la eriza albina con quien había pasado la tarde y noche del día anterior, recordó ese momento al despertar, donde estuvieron a punto de besarse de no ser por la eriza que los detuvo.

Recordó esos ojos, esos zafiros tan profundos y brillantes que no podían salir de su mente, deseaba que ella no los hubiese detenido, sintió su fragancia tan de cerca…y sus labios, que tan solo pudo rozarlos por un breve segundo…hubiese deseado sentir su sabor…
Sacudió levemente su cabeza al darse cuenta de sus propios pensamientos.

Vamos Elliot…ella es el GB de Papa Cake…es imposible que algo pase entre los dos…

Suspiro ante ese pensamiento, a pesar de estar rodeado de todas esas chicas, que por cierto, ninguna tenía un mal físico, a simple vista eran muy atractivas…ninguna se comparaba con la eriza albina con esos zafiros que lo tenían en un estado realmente idiota.

La murcielaga pistache pasó al lado de Cake, esta al verla le tomo del brazo y la jalo hacia un lugar donde el resto no pueda escuchar nada.

— ¿Eh? ¿Qué pasa? —Menciona el pistache siguiendo a la albina.

—Debo contarte algo que paso esta mañana con Elliot…—Menciono viéndole a los ojos.

—Te escucho… —Menciono de igual modo viendo a la eriza.

—Pues…ambos nos quedamos dormidos en el bosque anoche…y esta mañana ambos despertamos abrazados… —Le contaba a su amiga sin saber que tras ellas, escondida, se encontraba la pequeña lobita escuchando todo.

—Sé que espiar no está bien… —Susurro para sí misma escuchando. —Pero esto vale oro…

— ¿Por qué abrazados?

— ¡¿Y yo que se?! Solo estábamos así y al abrir nuestros ojos…estábamos muy juntos… —Susurraba poniendo ambas manos sobre su pecho—Y sus ojos eran tan… —Mencionaba recordándolos mientras un ligero sonroje se posaba sobre sus mejillas, ante esto, Yue ya tenía una enorme sonrisa plasmada en su rostro de emoción.

— ¡¿Te gusta?! —Casi grito por la emoción, Cake rápidamente el cayo acercándola y cubriéndole la boca con una de sus manos.

— ¡Shhh! —Decía viendo a su alrededor creyendo que nadie las había escuchado. —Estos temas no son de mi estilo…pero necesitaba decirle a alguien lo que paso…

— ¿Se besaron? —Cuestiono ya susurrando nuevamente con la eriza.

—No, pero estuvimos a punto…yo me separe.

— ¿Pero… por qué?

—No se… solo lo hice…—Decía acariciando su brazo y apartando la mirada. —No le digas a nadie de esto…

—No lo hare, confía en mí. —Le sonrió a la eriza, esta le agradeció con la mirada para después volver a su actitud seria de siempre, luego ambas salieron nuevamente hacia el resto para seguir con la máquina.
Luego de unos cuantos segundos, la lobita salió de su escondite con una enorme sonrisa en su rostro.

— ¡¿Cake está enamorada?! —Gritaba en su interior de la emoción. —No… espera, no deduzcas cosas que no son… solo dijo lo que paso y ya…pero… —Se asomo nuevamente para ver hacia el resto, vio al felino castaño ayudando a la eriza azulada, mas no prestaba mucha atención a lo que decía, de reojo, se notaba que veía a la albina. — ¿Y si los dos están interesados…? Creo que ya sé cuál será mi acción del día… ¿qué digo del día? ¡Del mes! ¡Incluso del año! … Sólo… espero no equivocarme…

La pequeña chismo… es decir, chica, salió de su escondite, cuidando que nadie le viese, sobre todo Cake y Yue. Se lanzó hacia una gran caja de herramientas, escondiéndose en esta; al salir, su rostro era cubierto por unas grandes gafas oscuras y una gabardina café, dándose ese estilo de agente secreto, innecesariamente.

Su primer objetivo y víctima, como casi obviedad, fue la pequeña castaña, que estaba intentando ayudar a su novio a reconstruir una parte de la máquina. Darky abrió la caja y sacó algunas tuercas, unas más pequeñas que otras, una a una comenzó a aventarlas hacia la eriza, sin darle tiempo de reaccionar a esta. Vio cómo Mary comenzó a retorcerse del agudo dolor, iniciando un baile todo raroso.

—¡¿Qué fue eso?!  —preguntó la chica asustada. Dash, le miró preocupado.

—¿Qué ocurrió?            

—Yo… no lo sé, sólo… sentí algo golpearme, quizás provino de… —pero no pudo completar la frase ya que algo le había jalado hacia dónde se encontraba la caja.

— ¿Ma…? ¡Ah!

Dash cayó encima de Mary, ambos se desconcertaron, hasta que sus ojos se encontraron. Los colores se les subieron a ambos a la cara, y como si fuera por alguna fuerza extraña, mística y encantadora, la cercanía de sus labios fueron aumentando, hasta quedar a unos cuantos centímetros. Iban a cerrar los ojos, pero un par de orbes azules ajenos a ellos se interpusieron con una sonrisa de “los atrape, pillines”, haciendo que los dos erizos se sobresaltaran y se separaran rápidamente.

— ¡¿Darky?! —gritaron al unísono, rápidamente la albina les cubrió las bocas y los sumergió en la oscuridad de una de las esquinas.

La lobita sacó dos carpetas de su traje y se las lanzó una a cada uno a la cara, estos sólo fruncieron el ceño y abrieron el archivador y vieron las fotos de Cake y Elliot, respectivamente, voltearon las fotografías y se encontraron con los letreros de “Katherine ‘Pastel’ the hedgehog” y  “Elliot ‘Elote’ the cat”. Ambos vieron extrañados a la pequeña, quién sólo veía a todos lados asegurándose de que nadie se percatara de la desaparición de los tres jóvenes.

—¿Qué diablos…? —inició el anaranjado.

—Escuchen, estamos en una misión muy importante. —nuevamente la de pelaje blanco bajó los lentes para verles fijamente. —Quizás esté equivocada… Pero por Chaos que tomaré este riesgo aunque Cake me quite mis chocolates por un mes. —dijo con decisión y seriedad, fue entonces donde la pareja le tomo en serio a lo que diría.

— ¿Qué ocurre? —cuestionó Mary intrigada. — ¡Más vale que sea bueno! Sí te quitan el chocolate a ti, seguramente también me lo quiten a mí.

—Tranquila, hermana. —les sonrió a ambos con confianza. — ¡Haremos un pastel de elote! —se levantó de un salto y miro por lo alto con orgullo.

— ¿Tanto drama para hacer un pastel de elote? ¡¿Nos interrumpiste para eso?! ¡¿Qué no ves que el planeta colapsará pronto?! ¡¿Qué tienen que ver E…?! —Dash casi saltaba encima de la loba y le agarraba del cuello; pero Mary le cubrió la boca y lo atrajó hacia sí misma, al parecer ella si había entendido lo que Darky había querido decir.

— ¡Calma! Lo que Darky quiso decir era que juntáramos a Elliot y a Cake…  ¿no es así? —se giró a ver a su amiga, quién asintió con una sonrisa emocionada.  Al parecer tanto tiempo de pasar con esa loca la castaña había aprendido a entender su lenguaje. Mary también sonrió eufórica por un momento, hasta que una duda se cruzo por su mente. 

—Pero… ¿Por qué? ¿Por qué ellos?
La chica les fue contando todo lo que sus orejas habían captado, sin omitir detalles pues parecía todo importante. Los dos le miraron incrédulos ante el pequeño relato, pero 
sonrieron con cierta diversión.

—Así que haremos de cúpido… ¡Vaya! Sólo nos hace falta un pañal y unas flechas. —dijo Dash con sarcasmo.

—Oh, no te preocupes por ello… —y con una sonrisa malévola, la lobita sacó de su gabardina lo mencionado por el anaranjado.

Dash le miró asustado. — ¡Oh no! ¡Ni siquiera lo pienses!

Los ojos de Darky resplandecieron con un toque de travesura.  Unos minutos después, el anaranjado tenía puesto un pañal, un carcaj lleno de flechas y un arco. El erizo estaba que echaba humos por la boca, su novia rio por lo bajo al verle así. Ambos se escondían entre los aparatos y piezas grandes que encontraban, con el objetivo de informarles a Sony y Shizu de la misión.

— ¡No puedo creer que me convenciera de hacer esto! ¡Es una desgraciada! —se quejó el chico en susurros. —Oh… pero verá cuando venga la próxima semana, le daré unos días que jamás va a olvidar. —dijo con una sonrisa sádica.

—Bueno… su oferta fue muy tentadora… creo que sabe lo que pasará si eres su jefe por una semana. —dijo con una media sonrisa, para luego intercambiarla por una dulce. —Pero no le hagas tantas cosas malas… ¿sí? —dijo en modo de súplica.

Y Dash, como siempre, no pudo negarse ante la linda petición de su novia. —Está bien, lo intentaré. —le besó la mejilla. —Ahora… hagamos esto antes de que me arrepienta.

Y lo próximo que hicieron pasó muy rápido. 

Mary jaló hacia el suelo a Sony y Shizu, Dash saltó encima de una de las mesas, llamando la atención de Yue, Cake y Elliot, que le miraron extrañados, ignorando el hecho de que la felina y la eriza habían desaparecido.

De un momento a otro, la canción de “Y.M.C.A” comenzó a sonar con fuerza en la habitación. Dash dio un último suspiro y se despidió de su amada dignidad. Ni bien sonó la música, el anaranjado se puso de espaldas y comenzó a mover los hombros al ritmo de la tonada, para luego dar un salto y ponerse de frente a su público, conforme la canción iba avanzando, Dash hacía pasos un poco… raros; en una de las estrofas, sacó su arco y una fecha y apuntó a Cake y a Elliot, para después pasar a apuntar a Yue por un tiempo más corto, siendo esto como una estrategia para que ni la albina ni el castaño sospecharan algo. El erizo hacía hasta piruetas, movía su trasero de un lado a otro y sus brazos los sacudía en el aire con una expresión de locura en su faz, sus amigas le vieron con caras watafiadas mientras que el felino trataba con todas sus fuerzas no estallar en carcajadas.  

En el proceso del baile Mary fue explicando todo lo ocurrido, pero su discurso y el entendimiento de las chicas fue tan rápido que en medio de la danza del chico se quedaron viéndolo, cubriéndose las bocas para no delatarse con las carcajadas que se les querían escapar. Ya casi acabando la canción, que para Dash pareció infinita, Shizu y Sony se posicionaron donde antes habían estado antes de que aquel acto se ejecutara. La melodía finalizó y el erizo desapareció de la mirada de sus amigas y el chico en un segundo, para esto requirió lanzar una bomba de gas a la mesa y ser jalado por la pequeña castaña.

— ¿Pero qué carajos fue eso…? —musitó Yue por lo bajo.

Y Elliot, como era de esperarse, no lo soportó más.

— ¡JAJAJAJAJAJAJA! ¡NO JODAN! ¡CHAOS, MI ESTOMAGO! ¡JODER! ¡JODER…! —el castaño comenzó a rodar por el suelo, sujetándose su vientre con fuerza mientras seguía riendo a carcajadas, Cake se le unió unos segundos después, las otras chicas se contuvieron al ver a esos dos tan juntos, la escena tan linda ante sus ojos de chicas.
Darky, desde la esquina felicitó a Dash con una palmada en la espalda, y este le fulminó con la mirada, retorciendo sus dedos y haciendo señas de querer ahorcarla; Mary sólo reía suavemente.

—Tengo que ir al… baño… —anunció el chico levantándose. Le extendió una mano a la albina, a lo que esta correspondió. Ambos se quedaron viendo a  los ojos, con un sonroje apenas perceptible en las mejillas.

—Cake, ¿le puedes mostrar por dónde es el baño a Elliot, por favor? —cuestionó Sony, viendo la parte que le había correspondido del aparato, mostrando indiferencia muy bien fingida y siendo ayudada por Shizu.

—Pero… —la albina miró a la híbrida, pero antes de que esta interviniera la lobita se interpuso al ver que el plan casi se arruinaba.

— ¡CAKE! ¡Tráeme comida, por favor! —le miro de forma suplicante, arrodillándose frente a ella.

La eriza suspiró con resignación.  —Está bien… ahora volvemos.

Y en cuanto la chica salió con el castaño detrás de ella, Yue se volteó a ver a las chicas y su amigo.

—Bien…  ¿cuál es el plan? —las miró suspicaz. Todos se giraron a verle, para anda sorprendidos por la deducción de la pistache, quizás porque sabían que más obvios no podían ser.

—Simple, tan sólo mantenerles unidos… aunque una simple ida por comida no será suficiente… —Sony se puso pensativa ante el problema.

— ¿Alguien tiene algo en mente? —Shizu miro a las demás, quienes estaban pensativas ante la problemática.

— ¡A mí ni me metan si es alguna de sus estrategias! ¡Ya he ayudado mucho en ese aspecto! —Dash se cruzó de brazos, mirando con molestia a Darky, esta ni atención le prestaba.

La lobita chasqueó los dedos teniendo una idea. — ¡Eso es! Miren… Shizu, irás a espiarlos cuando estén en la cocina y le lanzas uno de tus rayos mágicos al galón de agua, haciendo que con ella se resbalen y si tenemos un poco de suerte los dejaremos en una posición “comprometedora”.  todos le sonrieron con malicia. —Otra también es que finjamos quedarnos encerrados, con llave… y si ocupamos a Cake o eso les decimos que la llave está en la planta de arriba, en el escritorio de Sony… —todos asintieron.

—Yo digo que las dos están bien. —sugirió Mary, recibiendo la aprobación de los presentes.

—Bueno… sigamos con esto, aún falta detalles. —habló con una expresión seria la cerúlea. —Shizu… ¡Ve!

La felina se tronó los dedos, una gran sonrisa se dibujó en su rostro y con sigilo salió de la habitación. Sus orejas se crisparon, se escondió detrás de unos muebles al escuchar los pasos de su amiga y el felino castaño quienes iban directamente a la cocina, al parecer el felino andaba implorándole a la eriza algo que no alcanzó a escuchar. Los vio ingresar a la cocina y buscar en uno de los estantes.

—Yo… no lo sé… —susurró Cake buscando chocolates en uno de los cajones.  —Por favor, dejemos el tema y hagamos como que nunca pasó. —dijo más decidida, pero aún sin verle.

—Yo…

Los ojos ambarinos se concentraron en uno de los anaqueles, pero al momento de abrirlo una avalancha de chocolates le saltó a la cara, Cake al estar cerca de él también recibió el impacto. En ese momento Shizu disparó uno de los rayos de su cinturón justo en el blanco, haciendo que el agua se derramara y con esto los jóvenes comenzaran a resbalar. La de pelaje crema resistió las carcajadas al ver a los dos haciendo un especie de bailable, pues entre los dos trataban de mantener al equilibrio dando pasos erróneos y volteretas, hasta que finalmente terminaron de resbalarse, quedando Elliot con los pies bien firmes en el suelo, con una rosa de chocolate en la boca y Cake siendo sostenida por él, abrazada a su cuello ante el miedo de caer por completo. Ambos se giraron a verse, pero se sorprendieron por la cercanía de sus rostros, el aliento de ambos entremezclándose. La felina tomó una foto discretamente y se fue con el mayor cuidado posible, logrando su huída sin dificultades.

—Katherine… —la albina se acercó un poco más.

—Elliot… —la voz de ella hizo que el felino se estremeciera.

Ambos abrieron los ojos de par en par nuevamente y se alejaron, el castaño ayudo a la chica a posicionarse bien en el suelo. Juntos, tomaron los pocos chocolates que se lograron salvar se sus pisoteadas. Regresaron al laboratorio, el silencio siendo un invitado colado. Ninguno se dirigió la mirada, no tenían nada de qué hablar, al parecer todo se quedaría así.

Cake quiso abrir la puerta de la habitación pero le fue imposible, trato de forzarla una y otra vez pero esta no cedió,  la eriza paro sabiendo que sí insistía esta se rompería en cualquier momento gracias a que su frustración traía su fuerza descomunal.

— ¡¿Por qué coño no abren?! —preguntó casi tirando la puerta a patadas.

— ¡Tranquila, Cake! Al parecer cierta personita nos dejó encerrados aquí… —dijo serenamente, sin mirar a nadie en especial. — En este momento no tengo idea de dónde está la llave… no te preocupes, encontraremos la manera de salir, por el momento sólo quédate ahí y asegúrate de que ese chico no rompa nada.

— ¡Pero nosotros…!

— ¡Gracias por la comprensión! —y se separó de la puerta.

Cake comenzó a maldecir por lo bajo, volteó a ver al erizo y desde abajo le lanzó una mirada amenazante, a lo cual este levantó las manos como rendimiento ante ella.

—Bien… —Suspiro la albina. — ¿Y ahora?—Se acercó a uno de los múltiples sillones burbuja que habían dispersos por la mansión. El castaño no hizo más que mirar hacia abajo y acariciar su brazo izquierdo.

—Lo lamento…—Susurro sin atreverse a verla, la albina al escucharle hablar levanto su mirada hacia el arqueando una ceja.

— ¿Qué?

—Lamento que por un “mal momento” ahora no quieras estar cerca de mí. —Dijo simplemente sin ninguna expresión en su mirada, para después comenzar a caminar por el pasillo. Cake tenía una mirada de asombro al haber escuchado eso, suspiro cerrando sus ojos por un leve segundo y se puso de pie para seguirle.

—No lo tomes así Elliot…—Dijo siguiéndole, este no decía nada y seguía con su camino hasta bajar al primer piso de la mansión. —No es que no quiera alejarme de ti, es solo que…

—Me gustas…—Susurro aun dándole la espalda. La albina abrió sus ojos de par en par, tratando de hacerse creer que no era cierto lo que creía haber escuchado.

— ¿Q-Que…?—Musito aun asombrada. El erizo bajo la mirada aun sin voltear y suspiro.

—Nada, olvídalo. —Dijo yendo hacia la sala y lanzándose al mismo sillón que tenía en su dimensión, en el que solía recostarse siempre para relajarse. La eriza lo vio no muy convencida y frunció el ceño ligeramente para pararse frente a él.

—Sé que acabas de decir algo importante…repítelo. —Dijo seriamente mientras le veía fijamente, el felino cerro sus ojos y suspiro para después sentarse, aun sin atreverse a verla a los ojos.

—Creo…que me gustas. —Dijo simplemente acariciando sus brazos, levanto un poco su mirada pensativo por un ligero segundo para después ponerse de pie frente a ella. —No…no lo creo…sé que me gustas, mucho…—Su rostro expresaba una mirada decidida y segura de sus palabras. La eriza le vio, su rostro no expresaba nada en sí, sentía mil y un emociones combinadas, tenía mucho tiempo que alguien le había dicho algo similar y…el resultado no fue el mejor.

— ¿Cómo sabes eso? No llevas ni dos días aquí…

—Cuando yo siento algo, sé que es verdadero…eres divertida cuando entras en confianza, eres muy inteligente, tu actitud tan seria pero a las vez encantadora me intriga tanto y… —Se acercó aún más posando su mano en las ahora ruborizadas mejillas de la eriza. —Y tus ojos…me dicen tantas cosas aun cuando no me estás hablando…y a mí solo me basta eso para saber que si siento algo… —Susurro acercándose cada vez más al rostro de la albina, no se movía, no sabía cómo reaccionar. Simplemente estaba de pie ante él, sintió sus respiraciones mezclarse y la cercanía de sus rostros era casi nula. 

La albina abrió sus ojos y se separó de inmediato, el erizo al ver eso, volvió a sentir la misma decepción que la vez anterior.

—Esto no está bien…— susurro la eriza.

— ¿Por qué? … ¿Estas confundida? O simplemente dime que es…eres todo lo que busco en alguien… —Dijo mientras tomaba la mano derecha de la eriza y la acariciaba con ambas manos, su mirada era triste y realmente mostraba que lo que decía era real.

—Es que…yo…no sé si siento lo mismo por ti…—Decía viéndole a los ojos sin saber que más decir o hacer.

—Pues déjame ayudarte a averiguarlo…—Susurro soltando su mano y posando ambas palmas en las ruborizadas mejillas de la eriza, se acercó rápidamente a su rostro sintiendo nuevamente la entrecortada respiración de la albina, se mantuvo allí por unos segundos viendo fijamente sus hermosos zafiros, ambas miradas chocaban con la otra, el castaño fue acercándose más y más hasta llegar al punto de rozar ligeramente sus labios, fue entrecerrando sus ojos lentamente hasta finalmente juntar sus labios con los de ella.

La eriza no sabía qué hacer, como reaccionar, nada. Se mantuvo en la misma posición por unos segundos hasta que, de forma inconsciente, fue cerrando sus ojos poco a poco, hasta finalmente posar sus manos en los hombros del felino castaño. Al sentir eso, este bajo una de sus manos de su mejilla a su espalda, sin sobrepasarse claro está. De un simple roce, fue creciendo cada vez más el deseo de aumentar ese beso, fue haciéndose cada vez más y más apasionado y aun sintiendo la necesidad de tomar aire, querían continuarlo, sin soportarlo más, se separaron por unos leves segundos viéndose a los ojos, las mejillas del felino estaban ligeramente ruborizadas, mientras el calor en las mejillas de la albina había subido muy notoriamente.

—Hacia mucho que no sentía algo así…—Susurro sobre los labios del castaño, este junto sus frentes con una sonrisa al escuchar eso, poso uno de sus dedos sobre el mentón de la eriza, haciendo que esta le vea a los ojo.

— ¿Algo como que, señorita? —Susurro en tono galante, aun sin separarse de él, ella simplemente levanto su mirada topándose con las brillantes esmeraldas ambarinas del erizo.

—No sabría describirlo…solo sé que…la última vez que lo sentí, me rompieron el corazón. —El erizo sonrió al darse cuenta que ella correspondía a sus sentimientos, acaricio su barbilla aun juntando sus frentes.

—Prometo que no importa lo que pase, no te lastimare…—Dijo comenzando a acariciar el rostro de esta, ella simplemente se limitaba a verle, la mirada que ella tenía era una que él no había visto antes en el poco tiempo que tenían juntos. —Si tú me lo permites…cuidare de ti…

—Está bien…—Dijo simplemente para darle un suave beso en sus labios con una gran sonrisa.

—Vámonos…—Menciono sonriéndole, esta le vio sin entender.

— ¿A dónde?

—Donde sea, pero pasemos juntos todo el tiempo que se nos sea posible. —Decía tomando ambas manos de la eriza. —Si tu quieres…claro.—Esta volteo a ver hacia atrás pensando, pero, realmente quería hacerlo, pensó para si misma que estarían bien sin ella también esa tarde, asintió viendo de nuevo al erizo con una ligera sonrisa a lo cual este sonrió aun tomándole de las manos y llevándola hacia uno de los ventanales del lugar. —También prometo que te sacare grandes sonrisas…—Susurro agachándose, ella sonrió al escucharle decir eso y le vio.

—¿Qué haces? —Dijo con una ligera sonrisa.

—Quiero cargarte, solo siéntate en mi espalda. —Decía volteando a verla sin levantarse aun.

—¿Te lanzaras desde la ventana? …

—Puedo levitar, tranquila preciosa, confía en mi. —Decía seguro de si mismo con una sonrisa, esta se la devolvió y se sentó en su espalda, este la sostuvo rodeando su torso con las piernas del erizo sosteniéndola de estas. —Sujetate bien… —Decía abriendo la ventana y acercándose, espero a que la eriza rodeara su pecho con sus manos, sonrió y sin mas se lanzo. Grito con fuerzas al ver como caían con rapidez pero sintió como un aura ambarina les rodeaba a ambos para después volver a elevarse rápidamente.

Todos las Soqueter@s, quienes presenciaron todo desde las cámaras de seguridad en el laboratorio, todas sonreían satisfechas al ver tal escena hasta ver como se lanzaban desde la ventana, mientras tanto, Dash se encontraba en la parte de atrás, quemando los pañales, arco y flechas que había usado anteriormente a la hora de despedirse de su amada dignidad, aun veía con molestia a la lobita albina, quien se mostraba realmente tranquila ante esto.

Mientras tanto, la pareja se encontraba en parte de la Metrópolis pasando por las tiendas, las personas le veían como una pareja normal de hecho, ambos simplemente fueron por un batido y uno que otro bocadillo para después marcharse a uno de los lugares preferidos por ambos, la playa. Al llegar, ambos caminaron por la orilla de esta tomados de las manos, ya se hacía tarde y no había mucha gente en ese día, por lo que era aún mejor para ambos, solamente eran ellos dos. Toda la tarde se la habían pasado contándose historias entre los dos, como la vez anterior, la eriza reía ante los chistes y cada historia que el felino le contaba sobre las aventuras que solía tener casi a diario con sus amigos y amiga.

—Sinceramente no sorprendería nada de lo que llegasen a hacer ustedes porque he vivido todo eso…pero ver así a Dash, simplemente me hizo imaginarme a Diana en ese estilo y sería tan… ¡Joder!—Reía el felino junto a la eriza.

—¿Diana?—Pregunto esta después.

—Es el Dash de mi dimensión…no podría imaginármela de ese modo… —Decía viendo hacia el cielo que a esa hora debido al atardecer, tenía ligeros tonos naranjas.

— ¿Cómo se llevan todos con ella?—Dijo con cierta curiosidad la albina.

—Muy bien en verdad, de hecho hasta parece que la sobreprotegemos…es nuestra Diana. Si se entiendo cómo, obviamente. —Dijo con un tono más suave de voz, en un momento, comenzó a recordar a sus amigos con una ligera sonrisa. —Espero que estén bien…

—Sé que lo están, si son como mis chicas y Dash, sé que si lo están…—Dijo está viendo el cielo junto a él. Este rió suavemente y suspiro. Ambos se detuvieron aun frente a la playa, se sentaron en la arena muy cerca de la costa y vieron como el sol se ocultaba lentamente a lo lejos, la eriza recostó su cabeza en el hombro del felino y suspiro.

—Elliot…—Susurro.

—Dime querida…—Menciono rodeándola con su brazo.

— ¿Qué pasara mañana…? —Mencionaba suavemente sin levantar la mirada. El castaño se mantuvo en silencio por pocos segundos.

—No lo sé…tal vez con suerte todo salga bien…—La eriza no dijo más, sabía que realmente ese era su ultimo día al lado del castaño, a pesar de que ambos permanecieron juntos muy poco tiempo, realmente iban a aprovecharlo. Se mantuvieron en esa posición por pocos minutos viendo el atardecer, hasta que el sol se ocultó por completo y la noche se hacía presente.

—Elliot…muchas personas me hicieron mucho daño antes…—Dijo de repente la albina, este solo volteo a verla sin decir nada. —Me asusta…no soportar el despedirme de ti mañana…—Menciono bajando su mirada, el felino la vio con cierta tristeza, no le importo nada y solo la jalo hacia él, se sentó estirándose más y la sentó a ella sobre él, como cargándola pero ambos sentados. Un ligero rubor se hizo presente en las mejillas de la albina, el la miraba a los ojos y sin más, la beso nuevamente, rodeándola con sus brazos.

—Te prometo…que no importa lo que pase, siempre estaré contigo. —La abrazaba con fuerzas juntando sus frentes, ella solo le miraba a los ojos abrazándole por el cuello. —No me importa si me dices que es demasiado rápido…

— ¿A qué te refieres?...

—Te amo. —Susurro contra los labios de la eriza.

— ¿Q-Que…? —Lo veía fijamente abriendo sus ojos de par en par. Volvió a sonreírle y le dio un suave beso en sus labios nuevamente.

—Te amo Katherine…nada me hará negarlo.

—Yo…—Decía viéndole, el felino coloco su dedo suavemente sobre los labios de la albina.

—Tranquila…sé que aún no estas segura de sentir tal cosa por mi…pero descuida, no debes preocuparte por eso. —Dijo dándole un beso en la mejilla, esta no menciono nada, solo miraba hacia la nada. El erizo se puso de pie aun cargándola y sonrío.

— ¿Nos vamos a la mansión? No quiero que vuelvan a preocuparse por ti.—Decía en un tono cariñoso, esta sonrío abrazándole nuevamente.

—Está bien…vámonos.

—Bien, aquí vamos, sujétate hermosa. —Dijo para cerrar sus ojos y comenzar a levitar gracias a su telequinesis, abrió sus ojos y de inmediato se elevaron para después ir a gran velocidad hacia la mansión.


~EN LA MANSION~



Había basura por doquier, todos se encontraban en la enorme sala principal, habían pedido comida a domicilio para la cena debido a la enorme flojera de tener que cocinar. Las chicas se encontraban o en los sillones, sillas o en el suelo de toda la sala, el erizo naranja estaba junto a su novia en uno de los sofás pequeños, habían hamburguesas servidas sobre una de las mesas de centro, cajas de pizza en todos lados debido a que se las pasaban de un lado a otro y papas fritas por doquier, envolturas de dulces y chocolates y una que otra botella de vodka por allí. En fin, estaba el típico desmadre que tenían normalmente cada noche. De repente, se escuchó un ruido en la puerta de la entrada y todos dirigieron su vista hacia esta, vieron como la albina y el castaño entraban, este último cargando a la eriza aun, se vieron entre todos con sonrisas triunfantes y volvieron a verles de nuevo.

—Ohh veo que regresaron…—Menciono la lobita albina con todo su cuerpo cubierto de envolturas y chocolates de todos tipos.

—Así es. —Dijo la albina mientras era puesta en el suelo nuevamente por el felino.

— ¿La pasaron bien? —Sonreía la felina de pelaje dorado y cabellos castaños.

—De hecho si…—Decía el felino cambiando su sonrisa a una de casi horror al ver todo el desastre que tenían todos, las envolturas, basura, todos con almohadas del sofá en el suelo, simplemente era un caos. —Oh no…—Susurro volteando a ver a la albina con cierto temor, pero para su sorpresa, esta no estallo al ver tal desastre ante ella, de hecho fue directamente a uno de los sofás, lanzándose a este y extendiendo sus manos.

—Hey Yue, pásame una rebanada. —Decía con una sonrisa mientras la mencionaba le lanzaba la caja pizza y esta la atrapaba para después tomar una y morderla. —Gracias. 
Masticándola, el felino la veía desconcertado.

— ¿Qué no…ibas a gritarles para que ordenen? …—Después de escuchar eso todos le vieron con el mismo desconcierto.

—Ehh… ¿No? ¿Por qué lo haría? —Decía la albina viéndole.

—No se…eso haría Papi Cake’s comúnmente… —Menciono pensativo mientras iba hacia esta y se sentaba a su lado tomando una rebanada. —Nah, ignórenme. —Dijo volviendo a su actitud relajada comenzando a comer junto a ellos.

— ¿Cómo está la maquina?—Pregunto Cake cambiando de tema.

—Casi lista, estamos tomándonos un respiro puesto a que hemos trabajado en ella todo el día. —Hablo la eriza azulada.

— ¿Han tenido alguna complicación en lo que la preparaban?

—Nada que yo no hubiese podido manejar. —Dijo el erizo anaranjado abrazando a la castaña.

—Bien…lamento el no haber estado para ayudarlos…

—Descuida Cake, eso se entiende perfectamente… —Hablo nuevamente la lobita albina, 

Cake sonrió ante eso y asintió para seguir comiendo.
Después de haber cenado todos y haber descansado lo suficiente, fueron directamente al laboratorio para seguir con la máquina que llevaría al felino a su respectiva dimensión, y traería a su amiga de nuevo. La reconstrucción de la maquina duro toda la noche.

~AL DIA SIGUIENTE~


La eriza albina había desaparecido, luego de hacer su parte en la máquina, se había ido de la mansión porque necesitaba estar sola. Estaba triste, muy triste, y no quería estar presente a la hora de la despedida…

La máquina en ambas dimensiones estaba casi terminada, sólo necesitaban tener la programación adecuada, la cual no llevaría más de media hora, y sería justo a tiempo, antes de las setenta y dos horas. Todos se tomaron un respiro, y algunos se permitieron cerrar los ojos para descansar un poco.

El sonido que todos ansiaban, resonó por las habitaciones. Yue y Tsuki, en sus respectivas dimensiones, revisaron el panel de control de las máquinas para posteriormente girar y ver a sus acompañantes y asentir.

—Ya es hora. —apuntaron a decir los erizos albinos, en sus respectivas dimensiones.

—Bueno nuestro querido Elliot, fue un honor haberte conocido. —entre todas los chicas abrazaron al erizo, y este las abrazó de igual modo.

—También fue un honor haberles conocido. —susurró el castaño.

Las abrazó a todas una por una y les dedicó una radiante sonrisa. Luego, les susurró algunas cosas que hicieron sonreír a las chicas y a Dash, para posteriormente comentarles más de las cosas que había hecho ella con sus amigas y su amigo, ya hacerles reír a todos a carcajadas.

—Y sí, esa vez Shyz casi sale violado. —dijo el castaño, las chicas y Dash rieron hasta el cansancio de todo lo que les decía el chico.

Un sismo más en cada dimensión, y eso bastó para que todos dejaran las anécdotas y comenzaran a despedirse. Se separó de ellos, suspiro al no ver señales de la eriza albina y con un toque de tristeza, fue hacia la capsula.

— ¡Elliot espera! —Se escuchó un grito para después ver como la eriza albina corrió hacia el abrazándole fuertemente.

—Katherine…—Susurro este abrazándola de igual forma.

—Lamento el haberme ido sin avisar y casi permitir que te fueras sin despedirnos…pero tenía miedo a no soportarlo y yo…s-solo me di cuenta que si no regresaba por ti no me lo perdonaría nunca y…—Dejo de hablar al sentir como el felino la besaba nuevamente en los labios, al separarse, acaricio su rostro con cariño y le dedico una sonrisa.

—Yo nunca me alejare de ti…siempre permaneceré contigo…—Susurro abrazándola con fuerza.

—Quédate…—Decía abrazándole aun.

—No puedo…pero prometo que hare lo imposible porque nos veamos otra vez…te lo prometo…

— ¡Elliot el tiempo se agota, debes entrar ya! —Se escuchó a Sony gritar.

—Algún día…—Dijo la albina volviendo a juntar sus labios con los del felino, un último beso.

Te amo…—Menciono soltándola para entrar a la capsula.

—Yo…—Decía con lágrimas en sus ojos mientras veía la cuenta regresiva y a la pistache lista para jalar la palanca.

—Adiós a todos. —Dijo con una sonrisa sincera el castaño.

— ¡Yo también te amo, Elliot!—Alcanzo a gritar la eriza, al escucharla, el castaño no pudo dar una mejor sonrisa.

— ¡Yo siempre te amare más!

Yue y Tsuki presionaron las palancas y luego las giraron, despidiéndose de esos castaños.

Los planetas enteros se compusieron en un abrir y cerrar los ojos, cubriendo a los Mobius en una gran luz cegadora y volviendo a ser lo que eran antes de que aquel pequeño accidente ocurriera. Lo único que no cambiaron para nada, fueron los sentimientos.

Esa misma noche, en la dimensión GB, esa noche todos hacían una gran fiesta en honor al regreso de su amigo Elliot y el haber salvado nuevamente el universo, este se encontraba feliz por ello, pero triste a la vez. Porque para él, había encontrado al fin al amor de su vida, y su amor era prácticamente prohibido.

Pero eso no quería decir que imposible, había una promesa, y para ambos, mientras esa promesa de volverse a ver existiera, la esperanza de estar juntos jamás acabaría.

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Espero que les haya gustado, en especial a ti mi pasteletoh, va para ti <3

Gracias por leerlo.

¡Y feliz cumpleaños, Cakie! <3

Se despiden: Ely y Darky.